HISTORIA DE LA DANZA
La danza y su historia acompañaron al ser humano desde los
comienzos de la humanidad. En un principio, la danza tuvo carácter religioso: alababan al
sol, la luna, y otros fenómenos que eran considerados dioses.
En el antiguo Egipto, la danza era ceremonial, se representaban la
vida, muerte y resurrección del dios Osiris. Los filósofos que viajaban a
Egipto llevaron a Grecia esta danza ceremonia y
en los rituales en honor a dioses del Panteón surgen las bases del teatro contemporáneo.
En 150 a.C. la danza fue prohibida, entonces surgió la
pantomima como forma muda de expresión. Durante Edad Media, fue
prohibida. Entonces las celebraciones paganas se incorporaron a la
Iglesia, reemplazándolas con fiestas cristianas. En el Renacimiento, se crean grandes
obras que devuelven a la danza valor social. En el siglo VII nació el ballet y se instaló en Francia la primera
Real Academia. Comienzan a proliferar los bailes sociales.
En el siglo XX, aparece la escuela
rusa revolucionando el ballet y
nacen las danzas
modernas como
reacción a la rigidez de éste. Aparecen también la rumba, la salsa y el chachachá inspirados en ritmos latinos y
caribeños, y en los años 50,
el rock and roll y el Twist. En los años 70, nace la danza posmoderna en
contraposición a la moderna. La evolución, importancia e historia de la danza continúa
hasta nuestros días.
LA DANZA EN LA
ANTIGUEDAD
Desde el Egipto de los Faraones hasta Dionisio, los legados escritos,
los bajorrelieves, mosaicos... nos permiten conocer el mundo de la danza en las
antiguas civilizaciones egipcia, griega y romana. En el antiguo Egipto, las
danzas ceremoniales fueron instituidas por los faraones. Estas danzas, que
culminaban en ceremonias representando la muerte y la reencarnación del dios
Osiris se fueron haciendo cada vez más complejas hasta el punto de que solo podían
ser ejecutadas por profesionales altamente cualificados. En la Grecia antigua,
la influencia de la danza egipcia fue propiciada por los filósofos que habían
viajado a Egipto para ampliar sus conocimientos. El filósofo Platón,
catalizador de estas influencias, fue un importante teórico y valedor de la
danza griega. Los rituales de la danza de los Dioses y Diosas del Panteón
Griego han sido reconocidos como los orígenes del teatro contemporáneo
occidental.
Alrededor de Dionisio, el dios griego del vino y la embriaguez (conocido
también como Baco), grupos de mujeres llamadas ménades iban de noche a las
montañas donde, bajo los efectos del vino, celebraban sus orgías con danzas extáticas.
Estas danzas incluían, eventualmente, música y mitos que eran representados por
actores y bailarines entrenados. A finales de siglo V antes de Cristo estas
danzas comenzaron a formar parte de la escena social y política de la antigua
Grecia.
Entre los romanos, la aceptación de la danza por parte de los poderes
públicos fue decayendo. Hasta el 200 a.m. la danza formó parte de las
procesiones romanas, festivales y celebraciones. Sin embargo, a partir del 150
a.c. todas las escuelas romanas de baile cerraron sus puertas porque la nobleza
romana consideró que la danza era una actividad sospechosa e incluso peligrosa.
De todos modos, la fuerza del movimiento no se detuvo y bajo el mandato del
emperador Augusto ( 63 a.c. 14 d.c. ) surgió una forma de danza conocida
actualmente como pantomima o mímica en la que la comunicación se establece sin
palabras, a través de estilizados gestos y movimientos y se convirtió en un
lenguaje no verbal en la multicultural Roma. La cristianización del Imperio
Romano introdujo una nueva era en la que el cuerpo, la sexualidad y la danza
resultaron unidas y fueron objeto de controversia y conflictos.
LA DANZA EN LA EDAD MEDIA
La actitud de la Iglesia Cristiana hacia la danza, a partir del S IV y
durante toda la Edad Media fue ambivalente. Por un lado encontramos el rechazo
de la danza como catalizadora de la permisividad sexual, lascivia y éxtasis por
líderes de la Iglesia como S. Agustín (354-430) cuya influencia continuó
durante toda la Edad Media. Por otro lado, antiguos Padres de la Iglesia
intentaron incorporar las danzas propias de las tribus del norte, Celtas,
Anglosajones, Galos... en los cultos cristianos. Las danzas de celebración
estacional fueron a menudo incorporadas a las fiestas cristianas que coincidían
con antiguos ritos de fin del Invierno y celebración de la fertilidad con la
llegada de la Primavera. A principios del siglo IX Carlomagno prohibió la
danza, pero el bando no fue respetado. La danza continuó como parte de los
ritos religiosos de los pueblos europeos aunque camuflados con nuevos nombres y
nuevos propósitos.
Durante esta época surgió una danza secreta llamada la danza de la
muerte, propiciada por la prohibición de la iglesia y la aparición de la Peste
Negra. Nacida como danza secreta y extática durante los siglos XI y XII la
danza de la muerte comenzó como respuesta a la Peste Negra que mató a más de 50
millones de personas en 200 años. Esta danza se extendió desde Alemania a
Italia en los siglos XIV y XV y ha sido descrita como una danza a base de
saltos en la que se grita y convulsiona con furia para arrojar la enfermedad
del cuerpo.
EL RENACIMIENTO Y EL
NACIMIENTO DEL BALLET
El advenimiento del Renacimiento trajo una nueva actitud hacia el
cuerpo, las artes y la danza. Las cortes de Italia y Francia se convirtieron en
el centro de nuevos desarrollos en la danza gracias a los mecenazgos a los
maestros de la danza y a los músicos que crearon grandes danzas a escala social
que permitieron la proliferación de las celebraciones y festividades. Al mismo
tiempo la danza se convirtió en objeto de estudios serios y un grupo de
intelectuales autodenominados la Pléyade trabajaron para recuperar el teatro de
los antiguos griegos, combinando la música, el sonido y la danza. En la corte
de Catalina de Medici (1519-1589), la esposa italiana de Enrique II, nacieron
las primeras formas de Ballet de la mano del genial maestro Baltasar de
Beauyeulx. En 1581, Baltasar dirigió el primer ballet de corte, una danza
idealizada que cuenta la historia de una leyenda mítica combinando textos
hablados, montaje y vestuario elaborado y una estilizada danza de grupo. En
1661, Luis XIV de Francia autorizó el establecimiento de la primera Real
Academia de Danza. En los siglos siguientes el ballet se convirtió en una
disciplina artística reglada y fue adaptándose a los cambios políticos y
estéticos de cada época. Las danzas sociales de pareja como el Minueto y el
Vals comenzaron a emerger como espectáculos dinámicos de mayor libertad y
expresión.
En el siglo XIX, la era del ballet romántico refleja el culto de la
bailarina y la lucha entre el mundo terrenal y el mundo espiritual que trasciende
la tierra, ejemplarizado en obras tales como Giselle (1841), Swan Lake (1895),
y Cascanueces (1892). Al mismo tiempo, los poderes políticos de Europa
colonizaron África, Asia y Polinesia donde prohibieron y persiguieron las
danzas y los tambores por considerarlos bastos y sexuales. Esta incomprensión
de la danza en otras culturas parece cambiar al final de la Primera Guerra
Mundial y las danzas de origen africano y caribeño crean nuevas formas de danza
en Europa y en América.
LA DANZA EN EL SIGLO XX
Después de la I Guerra Mundial, las artes en general hacen un serio
cuestionamiento de valores y buscan nuevas formas de reflejar la expresión
individual y un camino de la vida más dinámico. En Rusia surge un renacimiento
del ballet propiciado por los más brillantes coreógrafos, compositores,
artistas visuales y diseñadores. En esta empresa colaboraron gentes como: Ana
Pavlov, Claude Debussy, Stravinsky, Pablo Picasso... Paralelamente a la
revolución del Ballet surgieron las primeras manifestaciones de las danzas
modernas. Como reacción a los estilizados movimientos del ballet y al
progresivo emancipamiento de la mujer surgió una nueva forma de bailar que
potenciaba la libre expresión. Una de las pioneras de este movimiento fue
Isadora Duncan. A medida que la danza fue ganando terreno, fue rompiendo todas
las reglas.
Desde los años 20 hasta nuestros días nuevas libertades en el movimiento
del cuerpo fueron los detonantes del cambio de las actitudes hacia el cuerpo.
La música con influencias latinas, africanas y caribeñas inspiraron la proliferación
de las salas de baile y de las danzas como la rumba, la samba, el tango o el
cha cha. El renacer del Harlem propició la aparición de otras danzas como el
lindy-hop o el jitterbug. A partir de la década de los 50 tomaron el relevo
otras danzas más individualistas como el rock and roll, el twist y el llamado
free-style; luego apareció el disco dancing, el breakdancing...
La Danza, con mayúsculas, sigue formando parte de nuestras vidas al
igual que lo hizo en la de nuestros antepasados. Es algo vivo que evoluciona
con los tiempos pero es consustancial con la naturaleza humana.
http://www.tododanza.com/historia-de-la-danza/
http://moldes1.tripod.com/tecnica/historia.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_danza
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